Llevamos una racha ya larga preocupados tanto por el precio de la electricidad como por el de la gasolina, y claro, eso hace que uno se piense mucho coger el coche para según qué cosas. ¡Lo que está la mar de bien! Porque, de vez en cuando, hay que mover las piernas y también usar el transporte público, claro que sí.
Pero, ecología y ejercicio aparte, déjanos que te contemos que, sea cual sea tu forma de vida, si tienes un vehículo eléctrico y te preocupa tu bolsillo, tenemos maneras de contribuir a que no te duela tanto.
- Mira cómo conduces. Esto no es nada exclusivo de los eléctricos, porque como ocurre con los de combustión, con éstos también sucede que podemos estar haciendo más gasto del necesario por la forma que tenemos de conducirlo. Por suerte, eso tiene remedio. ¡Sólo recuerda no dar acelerones ni frenazos bruscos! Y, siempre que puedas, conduce de forma suave.
- Cuidado con pisar a fondo. Al estar, en el caso de los eléctricos, el par motor está completamente disponible en todo momento, es cierto que pisar el pedal del acelerador a fondo puede resultar muy tentador, pero ¡no sucumbas! Porque se gasta muchísima batería.
- Elige el mejor modo de conducción. Una de las grandes ventajas de los eléctricos es que disponen de diferentes modos de conducción. Así, a la hora de ahorrar energía, resulta vital aprender la forma en la que nuestro vehículo actúa en cada uno de los modos. Básicamente, la cosa se resume en que unos modos recuperan energía con la propia inercia del vehículo al levantarse el pie del acelerador, otros lo hacen con la frenada y otros sacan el máximo rendimiento del motor.
- Cuidado con el frío, ¡y con el calor! Y es que las temperaturas extremas pueden dañar el rendimiento de las baterías, por lo que, además de cuidar que no esté demasiado expuesto al sol y/o al calor, ni al frío, resulta conveniente climatizar el vehículo antes de cada uso. Lo ideal, en cualquier caso, es mantenerlo estacionado dentro de un garaje para evitar su deterioro exterior e interior.
- Recárgalo siempre cuando ya no lo estés usando. O bueno, siempre que te sea posible. ¿Por qué? Porque el funcionamiento óptimo de las baterías se desarrolla dentro de un umbral de temperatura concreto, por lo que, si se recarga justo después o justo antes de un nuevo uso, cuesta menos que el sistema llegue a su temperatura ideal en menos tiempo. Lo mejor es, claro está, programar las cargas en función de nuestra rutina siempre que nos sea posible.
Bueno, pues esperamos que todos estos truquitos te ayuden a reducir tu gasto energético a la vez que contribuyes con el medioambiente, como ya hacemos en Grupo Safamotor con nuestro compromiso de fomentar una conducción 100% sostenible.
Y aunque esto ya os lo contamos hace tiempo, ¡déjanos que te recordemos una de las cosas más importantes que hemos hecho en este sentido! La creación de Safamotor Electric, un espacio en el que se concentra toda la experiencia y conocimientos del mundo del automóvil electrificado, y dedicado en cuerpo y alma al futuro de la movilidad.
¡Ven a vernos pronto para llenar tu vida de energía! Sostenible, claro.